¿Has sentido alguna vez ganas de abrazarte tan fuerte que te quites a ti mismo la respiración?
Esta experiencia es una de las más hermosas que he experimentado, si, lo tengo que admitir y además lo tengo que compartir.
Estar en ese estado en donde ves el inmenso valor que tienes como ser que eres y como ser que encarna en un cuerpo para vivir todas tus experiencias es maravilloso. Todo el mundo se merece vivir esta experiencia, vivir lucidamente un encuentro contigo mismo, con tu parte más pura, con tu amor más profundo, encontrarte con todo y con nada, encontrarte con tu ser.
EL RECHAZO DE SENTIRNOS EGOÍSTAS
El tema del ego siempre ha sido muy controvertido, por una parte, sin él no podríamos sobrevivir, pero al mismo tiempo parece que hay una profunda creencia en donde queda muy mal parado y hay un gran rechazo social a amarlo, parece ser el causante de todos los daños, como si fuera el mismísimo diablo. Nos enfrentamos al ego como si fuera el cielo o el infierno, cuando es una misma cosa.
A mí me fue de gran utilidad reconciliarme con ambas posturas, rendirme a la evidencia que siempre iba a convivir con él y que, por lo tanto, debía aceptarlo y cuidarlo. Costó un tiempo, el proceso de vivir sintiendo que es así, pero iba viendo los resultados. Un día descubrí que lo que me quedaba por aceptar del ego era la parte que no quería observar de mí, por supuesto coincide con los acontecimientos desagradables que experimentaba.
Particularmente la meditación, siento que ha sido de gran ayuda para mí, es una gran herramienta de observación.
El egoísmo lo identificamos de una forma mecánica, negativamente, como un comportamiento psicológico que solo cubre las necesidades de uno mismo, sin tener en cuenta la de los demás. Bajo esa vara de medir, todo el que más se quite a sí mismo es el más generoso y tiene el cielo ganado y el que tiene mucha abundancia y no la comparte como tú crees que debe ser, lo mandas derechito para el infierno. Como vivimos en un mundo dual, imagínate el sarao que se ha montado.
Pensar que alguien es egoísta no debería ser contemplado en el contexto que socialmente se le atribuye, sino como un acto de amor en sí mismo, seguramente sería mucho más expansivo y beneficioso para todos que lo contemplaremos con ese filtro, ¿no crees?.
LO MÁS GENEROSO QUE PUEDES HACER ES AMARTE
El acto más generoso que puedes hacer en esta vida es Amarte a ti mismo por encima de todas las cosas, parece muy fuerte leer estas palabras y no pensar en las personas que más amamos, sobre todo si cuentas con la experiencia de la ma-paternidad o estás en fase de enamoramiento. Esto lo debes tener muy claro, es muy, pero que muy antiguo; “Ama al prójimo como a ti mismo” una gran herencia que todos hemos recibido y que nos negamos a disfrutarlo, no nos damos cuenta de que nos estamos desheredando y que si lo queara poder dar debes estar dispuesto a recibir.
Todos queremos convivir con la energía del amor, para todos nuestros más bellos recuerdos son aquellos en donde el amor ha estado presente, entonces… ¿a qué estás esperando? Date cuenta de que en todos y cada uno de tus preciosos recuerdos, el amor que sentías lo experimentabas tú y después lo compartías, surgió de ti. Amarte a ti mismo es liberar al otro en su camino en su proceso y aceptarlo. Amarte a ti mismo es ser la mejor versión de ti, la que siempre has querido ser en todas tus relaciones. Amarte a ti mismo es darte cuenta el gran amor que ha habido en cada desamor. Amarte a ti mismo es saber decir No, porque él «No» necesita mucho reconocimiento. Amarte a ti mismo es desear lo mejor para el otro. Amarte a ti mismo es aceptar la vida, algo que ya hicimos cuando nacimos y parece que se nos haya olvidado.
Disfruta de tu abrazo